Alimentación
Para Qué Sirven Las Amígdalas
Las amígdalas pueden ser descritas como acumulaciones de tejido linfático que se encuentra en la cavidad bucal del cuerpo humano. La utilidad de estas es eliminar y filtrar todas las bacterias que puedan ocasionar daño o infecciones en el organismo. Es por ello, que mantener las amígdalas en buen estado, es una de las tareas más importantes del ser humano.
¿Cual es la función de de las amígdalas?
Aunque el trabajo de las amígdalas no pueda apreciarse externamente, estas son de gran importancia para el organismo, ya que de su buen funcionamiento se derivan algunos aspectos beneficiosos para la salud general del ser humano.
Evitan la contracción de infecciones
Su composición única de tejido linfoide se encarga de mantener controladas las invasiones de virus en el cuerpo, detectando los microorganismos extraños que ingresen en el sistema y generando anticuerpos capaces de resistir a las bacterias. La existencia de estas glándulas favorece al funcionamiento del sistema inmunológico, debido a la carga de linfocitos B y T que poseen, lo cuales tienen distintos y efectivos mecanismos de defensa.
Por un lado, los linfocitos B se encargan de la producción de anticuerpos en contra de los patógenos; mientras que los de tipo T atacan directamente las partículas extrañas envolviéndolas.
Tipos de amígdalas
El cuerpo humano cuenta con 6 tipos de amígdalas, las cuales están ubicadas en zonas distintas y poseen funciones características. Los tres tipos menos mencionados pertenecen al oído (amígdala tubárica) y al sistema nervioso central (amígdalas cerebral y cerebelosa), mientras que los tres más conocidos se encuentran dentro de la cavidad bucal:
Palatinas
Están ubicadas en la celda amigdalina (al fondo de la boca, a ambos lados de la orofaringe). Son dos acumulaciones de tejido linfoide, y junto con la faríngea y las linguales, constituye el anillo de Waldeyer. Generalmente se hace referencia a este tipo cuando se habla de amígdalas.
Estas glándulas pasan por un proceso denominado involución fisiológica, el cual implica la disminución del tamaño de las mismas a partir de los 10 años de edad.
Faríngeas
Se encuentran cerca del orificio interno de las fosas nasales, justo en la conexión de la nariz con la boca. Son mejor conocidas como adenoides, y están conformadas por una masa de tejido linfoide.
Las adenoides se desarrollan después de que la persona cumple el octavo mes de nacida, cuando el cuerpo humano ha pasado por la etapa de depresión inmunofisiológica.
Linguales
Son de gran importancia en el sistema inmunitario del organismo, y se encuentran una a cada lado de la base de la lengua. Se componen de tejido linfático que contiene linfocitos B y T.
Patologías asociadas a las amígdalas
Según el tipo de amígdala, pueden presentarse diversas patologías que quebrantan de alguna forma la salud del individuo. Las más comunes de ellas, no representan mayor riesgo para la el organismo y son de fácil solución.
- Amigdalitis: Es la inflamación de las amígdalas palatinas, generalmente se debe a una infección bacteriana. Esta condición puede ser tratada con antibióticos, pero en caso de que el paciente no mejore o la situación se presente de manera recurrente, debe someterse a una amigdalectomía.
- Adenoiditis: Se trata de la hinchazón de amígdalas faríngeas, a menudo esto sucede al mismo tiempo que la amigdalitis. Las adenoides también pueden ser extirpadas, este proceso se denomina adenoidectomía.
Aún así, existen condiciones más severas que pueden presentarse, como la hipertrofia adenoidea, apnea del sueño, hipertensión pulmonar, insuficiencia cardíaca y cáncer. Este último sólo puede desarrollarse como carcinoma de las células escamosas en las amígdalas linguales, y es poco común.
Amigdalectomía: el tratamiento para la amigdalitis
Es una intervención quirúrgica realizada bajo anestesia general, que consiste en la extirpación de las amígdalas. La vía para practicarla es a través de la boca, por ende, no deja cicatrices (ya que no implica realizar incisiones en la piel). Actualmente existen diversos métodos para completar esta cirugía, como tratamientos con láser o con radiofrecuencia, sin embargo, el método convencional es tan sencillo de realizar y tiene tan pocos puntos en contra, que la mayoría de los cirujanos continúan utilizándolo.
Esta operación puede llevarse a cabo a juicio facultativo del paciente (o de los padres del mismo, si se presentan amígdalas enfermas con frecuencia), por lo que normalmente precede a una previa planificación consensuada entre el doctor y el paciente. Además, por lo general este procedimiento incluye la extracción de las adenoides, ya que estas glándulas suelen enfermarse al mismo tiempo.
En niños
Es bastante común que en la etapa infante, las personas presenten infecciones en el oído y en la garganta, ya que el organismo produce un gran desarrollo de tejido amigdalino entre los 2 y 7 años de edad. Si esto sucede con mucha frecuencia, el tamaño de las amígdalas y las adenoides puede aumentar considerablemente, dificultando tareas primordiales como la respiración y la deglución. Este cuadro clínico suele generar dolor e incomodidad en los niños, por lo que se recomienda recurrir a la intervención.
En este caso, los padres del paciente deben seguir las indicaciones del otorrinolaringólogo para preparar al niño de manera adecuada antes de la operación. El doctor determinará horas estrictas para las últimas comidas y bebidas del menor, y cuando se hayan cumplido todos los plazos llevará a cabo el procedimiento.
El tiempo normal para realizar una amigdalectomía (junto con una adenoidectomía de ser necesario) en niños, oscila entre 45 y 60 minutos. Generalmente esta cirugía es poco propensa a exponer al paciente a complicaciones, y está ligada a una rápida recuperación, por lo que el infante puede ser llevado a casa en las próximas 6 u 8 horas; en pocos casos se necesitará internar al paciente en el recinto médico por 1 día, esto sucede cuando la evolución postoperatoria que presenta el mismo, es limitada.
Luego de una semana (máximo 10 días), el niño estará listo para reincorporarse a sus actividades escolares con normalidad. Sin embargo, debe evitar salir de la ciudad o practicar deportes fuertes, hasta al menos después de 2 semanas de intervenido.
En adultos
Es poco común realizar esta cirugía en personas mayores de 18 años, a tal punto que menos del 10% de las intervenciones de este tipo son aplicadas a personas adultas. Esto se debe a que el tejido linfático se encuentra más desarrollado y es menos propenso a contraer infecciones.
Considerando esto, cuando un adulto presenta un cuadro clínico de amigdalitis, suele combatirse con antibióticos y analgésicos, sin embargo, en algunos casos la infección pasa a un estado crónico que requiere de una amigdalectomía para ser erradicada de raíz.
Este proceso infeccioso se manifiesta diferente en un organismo adulto, ya que los síntomas se intensifican considerablemente; por ejemplo, puede elevar la temperatura hasta el punto de provocar convulsiones o desarrollarse abscesos periamigdalinos (acumulación de pus en las vías respiratorias que puede expandirse hacia el cuello y el pecho), lo cual compromete el estado general de la persona y condiciona la realización de sus tareas diarias.
Según las estadísticas, los hombres entre 30 y 50 años son los que tienen más riesgo de atravesar esta situación; y una vez intervenido, el paciente debe cumplir un reposo riguroso para obtener una recuperación exitosa. La persona estará lista para regresar a sus jornadas laborales después de un mínimo de 10 días de realizada la operación.
Aspectos a tener en cuenta sobre la amigdalectomía
Es importante informarse con el doctor sobre lo relacionado con esta intervención, especialmente en los siguientes aspectos:
Pre y postoperatorio
El paciente deberá realizarse una serie de exámenes de laboratorio antes de hacerse la cirugía, para que el doctor pueda conocer el estado general de su salud. Además, debe detener la ingesta de alimentos aproximadamente 8 horas antes de ser intervenido.
Luego de salir de la sala de quirófano, los especialistas evaluarán su capacidad de recuperación ante los efectos de la anestesia y le administrarán analgésicos para aliviar el dolor. Una vez en su casa, el reposo que debe guardar el paciente no requiere estar en cama todo el tiempo, sin embargo, se recomienda no salir a la calle muy pronto, para evitar el contacto con personas infectadas.
Alimentación
Debido a la localización de la cirugía, la alimentación es sumamente importante en el postoperatorio. En las primeras horas después de la intervención, el paciente sólo puede ingerir líquidos en tragos pequeños para evaluar el nivel de tolerancia. Después de varias horas, o al día siguiente (depende de la hora de realización de la cirugía), se permitirá la ingesta de alimentos blandos y fríos; normalmente se recomienda comer papillas, helados, yogures y gelatinas.
Después de varios días (aproximadamente 3) el paciente podrá incluir alimentos blandos tibios en su dieta, y transcurridas las 2 semanas podrá volver a su dieta normal, evitando las comidas que puedan causar molestias o raspaduras en la garganta (como galletas o panes duros).
Conclusión: ¿Cuál es la importancia de las amígdalas?
Aunque todas las partes del cuerpo humano tienen un grado de importancia para el correcto funcionamiento del organismo, la vida de una persona no se verá afectada en ningún aspecto después de una extracción amígdalas. Esto se debe a que el organismo no queda desprotegido de la funcionalidad de estas glándulas, ya que el tejido linfático contenido en la mucosa faríngea, es capaz de proteger el cuerpo de invasiones infecciosas, de la misma manera que las amígdalas palatinas.